Te vi a lo lejos y brillabas entre las nubes negras, tu sonrisa me cautivo y esos grandes ojos me hipnotizaron, pero de repente al tocar tus labios sentí hielo en tu boca, un frío que congelo lo que tanto tardamos en construir, las palabras eran simples adornos para disfrazar el momento.
Un rayo cayo y vi sangrar la luna, así mismo supe que algo que pudo ser hermoso solo fue otra ilusión, y en esa noche murió el sentimiento con una lagrima de sal interna que recorría lentamente las heridas de mi alma y con su sal las hacia arder recordándome como un sueño se cayo por completo.
Quede en medio de la nada sintiendo como si me hubieran arrancado las entrañas, sumido en una profunda soledad.
Paso tras paso entre la gente voy caminando, tratando de hallar una respuesta a lo inexplicable, tratando de encontrar un camino que me hiciera olvidar de mi mismo para no vencerme ante la decepción y quedar rendido, inerte ante este mundo que gira sin cesar.
En ti eclipsada luna, tu luz fue un destello que no me permitió ver tu sombra a lo lejos, ese fue mi error, y por ironías de la vida al tenerte piel a piel tu esencia trato de destruir la mía.
Más aun, la vida sigue…
El eclipse paso como todo en esta vida y vuelves a ser otra vez simplemente una oscura luna y así deberás permanecer por lo menos para mí, yo seguiré caminando, el viento será mi compañía por los largos caminos llenos de piedras y aun sigo esperando con quien caminarlos.